Eras toda la luz reunida
en un vaso de obsidiana.
Cuerpo a cuerpo: espejo perfecto.
Puse mi mano
sobre tu desnudez
y se hizo noche.
Dios, momentáneamente,
quedó ciego
y fuimos uno, dos, tres,
ay, tantos fuimos.
Al amanecer
quedamos huérfanos del mundo.
Y todos los días,
como la vida,
empezamos a partir de cero.
Dionicio Morales, https://mdcia.wordpress.com
Thursday, July 28
Thursday, July 14
Tuesday, July 5
Subscribe to:
Posts (Atom)